Agustín Bejarano: Viaje al paraíso. XII Bienal Internacional de la Habana.



Palabras al catálogo. José Veigas Zamora.

Cuando nos enfrentamos con la obra más reciente de Agustín Bejarano apreciamos la autorreferencialidad que proviene de estas telas que aún frescas no estarán objetivamente concluidas hasta que se expongan dentro de unas semanas. Pienso que en ese momento habrán finalizado su itinerario.

Ciertamente a medida que iban pasando uno tras otro, los cuadros me trasladaban y venía a mi mente diferentes momentos abordados por el artista con anterioridad. Las referencias iban tan atrás que llegaron hasta su irrupción definitiva en la escena del arte cubano con una serie de grabados titulada Huracanes, de decidida voluntad abstracta y que reconocemos como el punto de partida de una obra que se desplegaría a lo largo de los noventa del pasado siglo y lo que va del XXI. Aunque hemos tratado de no aislar las representaciones pictóricas del pasado no hay lugar a dudas que las series La anunciación y Las coquetas, afloran, vienen y van junto con las imágenes recientes.
En el conjunto titulado Viaje al paraíso, la autoparodia se presenta, a veces, clara, en otras, se oculta, se enmascara de mil formas, una de las más evidentes resulta la sutil parodia visual sobre la obra de la artista Aziyadé Ruiz que aparece no solo formalmente sino además, a través de referencias a Las coquetas.  Viejos y nuevos personajes se asoman a la escena de sus cuadros, entran y salen sin identificarse con el espectador, como antiguos conocidos más bien tratan de salir con prisa, unos flotan ¿vuelan? O se afincan a la tierra o al agua ¿navegan? en un espacio limitado. Cada obra parece ser una sumatoria o acumulación de elementos donde el rompecabezas aparece incompleto, hay piezas que faltan y otras que no forman parte del mismo y ahí está el detalle, Bejarano, al mismo tiempo que entrega pistas reales nos oculta lo que vendrá después.   

Sin embargo, el artista no pretende “abrir” una nueva etapa en su trayectoria y bien lo aclara cuando señala “Estas pinturas que propongo se alejan del concepto serie ya que mi objetivo es crear cuadros como unidades independiente, donde en cada una se abordan aspectos diferentes sobre el supuesto ícono paradisiaco que los seres humanos nos formulamos en nuestra mente como sinónimo de “Felicidad”.